jueves, 5 de diciembre de 2019

EL ACTO MÉDICO: ERROR Y LA MAL PRAXIS.

Por: Dr. Alonso Guido Ramírez

El acto médico se ejerce legítimamente cuando el médico aplica el conocimiento científicamente actualizado, observando los principios éticos y morales que rige el ejercicio médico y acatando la normatividad vigente, lo cual se sustenta en la denominada Lex Artis. En dicho acto interactúan diversos actores, el individuo, la organización y múltiples factores técnicos, los cuales tienen efecto en forma de cascada, en donde eventos triviales se suman para producir el efecto adverso que puede causar la insatisfacción en el paciente.


Para que el acto médico sea considerado como tal, este debe haberse realizado bajo ciertas premisas, tales como el responder a una indicación médica, con una técnica correcta, por un profesional capacitado, en un lugar apropiado, en forma lícita y mediante una conducta ética. No obstante el cumplimiento de lo antes señalado, la práctica médica siempre conlleva el riesgo de provocar daños, incluso dentro de las mejores circunstancias, por lo que se arma frecuentemente que “la posibilidad de hacer daño es inherente al ejercicio de la medicina”.


De ahí surge la necesidad e importancia de contar con mecanismos que permitan llevar a cabo el proceso de evaluación del acto médico, mismo que debe partir desde la identificación de si hubo diagnóstico y si éste fue correcto, si el procedimiento estaba indicado, si la aplicación de la técnica fue la apropiada y si las instrucciones fueron precisas, si durante la realización del acto médico existió la supervisión continua y adecuada, si se aseguró que las medidas de sostén terapéutico fueran las necesarias, si el desarrollo del proceso quedo documentado en forma completa, incluyendo la descripción precisa de algún daño no previsto que hubiese surgido como consecuencia en la salud del paciente.


DEFINICIÓN DE MAL PRAXIS
En ese sentido, entenderemos por mal praxis toda infracción de parte del médico del deber propio de su profesión y más concretamente del deber de actuar con la diligencia objetivamente exigida por la naturaleza del acto médico que se ejecuta, según las circunstancias de las personas, del tiempo y del lugar. Se refiere a la responsabilidad profesional por los actos realizados sin seguimiento a la diligencia o el beneficio del paciente y se identifica frecuentemente a partir de uno o más errores injusti¬ficados, por lo que implica culpa y por tanto, responsabilidad de parte del médico.
Son cuatro las principales categorías reconocidas:  



             NEGLIGENCIA
             IMPERICIA
             IMPERICIA TEMERARIA
             DOLO 

Surgery, Operation, Hospital, Surgical Team, Medicine


             Negligencia: descuido de precauciones y atenciones calificadas como necesarias; cuando a pesar de tener el conocimiento no se aplica y se provoca daño.
             Impericia: falta de capacidad y experiencia, de conocimientos técnicos y prácticos; cuando se actúa sin tener el conocimiento y se genera daño.
             Impericia temeraria: sometimiento a riesgos innecesarios a causa de falta de conocimiento. 
               Dolo: Maquinación o artificio para dañar a otro. Siempre es punible ya que viola conscientemente la ley.


DEFINICIÓN DE ERROR MÉDICO.
Según Karl Popper “el error es la fuente de retroalimentación más rica en la experiencia humana y debemos estar preparados para convertir dichos errores en oportunidades de avance y mejora”.
El error médico resulta de una equivocación, siempre que se compruebe haber actuado con sinceridad, buena fe, haber respetado la Lex Artis y haber realizado todo lo que esté al alcance de las condiciones concretas de su medio de trabajo, con el fi¬n de obtener un diagnóstico oportuno y prestar la mejor atención a las personas.


La diferencia entre los dos conceptos hasta ahora comentados debe quedar claramente definida: para que haya mal praxis debe haber culpa en la actuación del médico, mientras que el error médico puede ser por factores de tipo institucional como la burocracia, la carencia de insumos o recursos humanos sufi¬cientes o la falta de políticas públicas adecuadas, entre otros factores.


“No se pretende criticar ni dañar la profesión de los médicos, que en su gran mayoría la desempeñan con dedicación y sacrificio. No obstante es conveniente reflexionar sobre los actos de mal praxis que afectan cada día a pacientes y familiares, en tanto que ha cobrado vidas y existe mucha impunidad”.
Campaña Cinta Chocolate, Carta 499 Por la prevención y educación contra la mala praxis médica, Programa FLACSO- CEAAL. Panamá. Mayo 2015.


BOLETIN CONAMED OPS, # 5. Marzo-abril 2016.


Entonces…
¿QUE PODEMOS HACER?

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